Aquella mañana amanecí hambrienta, no había cenando nada la noche anterior, y hacia días que no sentía un hambre voraz como la que sentía en ese momento; mis tripas se estaban quejando.Me Vestí con algo mas de esmero que normalmente y baje sonriendo. Después de desayunar iba a ir a La Push y eso me hacia sentir feliz.
Hacia meses que no sentía esa energía renovada, esas ganas de vivir, tenia ganas de gritar y se me debía reflejar en el rostro porque Charlie cuando me vio no pudo reprimir una sonrisa. Una sonrisa que le llego a los ojos.Empecé a recordad los meses antes de que Edward se fuese y me dejase. Todo era felicidad; Charlie sonreía todo los días al verme feliz y si Edward no le agradaba lo disimulaba muy bien. Nunca había lagrimas en casa.
Después todo cambio a partir de aquel día en que Jasper quiso atacarme, no podía creer que fuesen pasado mas de 6 meses de aquel fatídico día. Desde aquel momento todo fue a peor; Edward cambió su manera de ser conmigo, estaba distante y frío, yo no entendí que pasaba, me dije a mi misma que era mejor no decirle nada y que las cosas se arreglarían por si solas. Pero no fue así; el día que pensé que todo se iba a arreglar Edward me dejó… me dijo que se marchaba con su familia lejos de Forks. Que no iba a volver a saber nunca mas de el, iba a ser como si nunca fuese existido. Y así fue; se marcho sin mas, me dejo sola.
Desde ese día ya no volví a ser la misma de antes. Caí en un profundo pozo de depresión. Recordaba esos días tintados de negro; no necesitaba comer, no necesitaba la compañía de nadie. Mi mundo se había quedado a oscuras y yo no podía ver mas allá de toda la neblina que me rodeaba. Sabia que mi padre estaba sufriendo, que mi madre llamaba todos los días, pero mi cuerpo no reaccionaba a nada; una herida recién echa se estaba abriendo paso en mi interior y yo no podía hacer nada contra eso. Me sentía morir.
El tiempo no pasaba para mi; no dejaba de recordar una y otra vez el día en que Edward se marcho; cada vez la herida se hacia mas grande.. ya no había vuelta atrás. Mi mundo, mi vida estaba apunto de acabar. Después fue cuando descubrí que si hacia cosas peligrosas la voz de Edward sonaba dentro de mi. Sabia que estaba mal; pero era un tónico reconfortante. Era como si volviese a estar a mi lado, como si volviese para protegerme de algún peligro que me acechara. Los días fueron pasando y ahí fue cuando comencé mi amistad con Jacob. Ya éramos amigos, pero aquellos días nos acercamos muchísimo mas el uno al otro.
Primero me presento a sus amigos Quil y Embry. Después fui conociendo al resto de la manada: Sam Uley, Seth y Leah Cleawater, Jared, Paul y a los otro miembros de la reserva: Quil Ateara, Sue y Harry Clearwater y Emily Young la novia de Sam; porque como no, a mi sola me pasaban esas cosas… mi mejor amigo se transformaba en lobo.
Me entere después, claro esta, recordaba aquellos días en que Jacob estuvo tan extraño; estuve unos cuantos días sin verlo y cuando lo volví a ver ya no parecía el mismo Jacob, mi Jacob. Su largo pelo había desaparecido, ahora lo llevaba corto, sus músculos se habían desarrollado de un día para otro y no digamos su altura. En esos días fue cuando me entere de todo lo relacionado con la manda de la Push. Desde aquel momento ya no hubo mas secretos entro yo y Jacob, solamente uno… el de las voces de Edward. Pero desde que Jacob me había detenido para no saltar del acantilado ya no había vuelto a escucharlas mas; tampoco había echo nada peligroso desde aquel entonces, pero mis ganas de escuchar su voz estaban remitiendo poco a poco.Sabia que la herida causada hacia meses estaba empezando a curarse gracias a Jacob, y sabia que estaba empezando a sentir algo por el.
No podía dejar de pensar en el; cuando mencionaban su nombre sentía mariposas en el estomago, cuando lo veía no podía reprimir una sonrisa, me encantaba estar cerca de el; mas, mi tiempo no servia de nada si no estaba con Jacob. El era mi sol. Pero tenia miedo. Un miedo que me recorría por dentro, que no se separaba de mi por mas que yo quisiera. El miedo de que volviesen a hacerme daño, que volviesen a dejarme sola… y sabia que si pasaba de nuevo no logaría salir; seria mi fin. También sentía que una parte de mi no quería abandonar la idea de que Edward volvería a por mi.
No podía estar con Jacob simplemente porque si Edward venía lo abandonaría y no quería herir de esa manera a Jacob.. pero.. seguro que lo abandonaría??… seguro que abandonaría a la persona que me hacia mas feliz?? que me había ayudado en todo momento?? Que quería pasar el resto de su vida a mi lado?? a la persona que me ayudo a salir de lo mas negro del infierno??. Estaba confundida, ya no sabia que hacer; Edward hacia que mi vida funcionase, que tuviera un motivo para vivir, pero el se había ido, y otra persona me necesitaba a mi para vivir. Y yo estaba empezando a necesitarlo a el como si de aire se tratase.Estaba sumergida en mis pensamientos; hacia mucho tiempo que no era capaz de poner todos mis sentimientos en orden. Estaba deseando poder por fin saber lo que quería.
Saber que mi herida ya había desaparecido, que no estaba confundiendo lo que empezaba a sentir por Jacob con el dolor y la falta de Edward.
- Bella, cielo, estas ensuciando toda la mesa con leche. - mi padre me saco de mis pensamientos, dándome cuenta que había quedado con la boca abierta y la cuchara a dos centímetros de ella con el contenido de esta esparcido por encima de la mesa.
- Ohh papá lo siento, no me estaba dando cuenta, ahora lo limpio. -me levante para ir a buscar un trapo pero Charlie me detuvo antes.
- No te preocupes cariño, ya lo harás después, quería poder hablar contigo un segundo. - estaba inquieto y sonrojado, me pregunte porque actuaría de aquella forma tan extraña.
- Bella.. emm.. recuerdas que ayer te dije que tenia que vi...viajar por trabajo??
- S… si papá. -empecé a preocuparme por el tono rojo azulado que estaba tomando la cara de mi padre.- Bueno cariño… es…es..es que se que no voy a poder mantener esto mas tiempo oculto. - estaba sudando y no dejaba de tocarse las manos.
- Papá tranquilízate no debe ser tan malo.- no estaba muy preocupada, no me imaginaba a Charlie haciendo nada malo.
- Bella cariño… yo.. es que.. e..e.. co… conocido a una persona; es maravillosa y siento que la amo. Este viaje va a ser para formalizar nuestra relación. -dijo la frase de un tirón, sin tomar aire. Cuando acabo pude ver su cara de alivio.
- Papá… -me sentía tan feliz por Charlie, no sabia como expresarlo con palabras, por fin había encontrado a alguien.
- PAPÁ FELICIDADES!!! - me abalance sobre el y lo abrace.
- E… en..serio que no estas molesta cielo?- Porque debería estar molesta!!?? Estoy feliz por ti, por saber que ya no vas a estar solo. - puse los ojos en blanco; típico de Charlie.
- Gracias Bells. -me sonrío y me abrazo. Mi padre estaba muy afectuoso estos días. Estaba diferente, estaba feliz.- Papá, y como se llama la afortunada?? -me picaba la curiosidad.
- Claudia. Que te parece?- Es un bonito nombre papá. Eso si, quiero que disfrutes sin preocuparte por nada cuando vallas a verla vale?? - le puse cara de que no admitía un no por respuesta
.- Igual Bella te llamare. No quiero estar una semana sin saber nada de mi niña.
- Esta bien papá… y por cierto donde vive? -parecíamos padre e hija intercambiando los roles.- Cerca de aquí cariño. En Seattle. A que sin no tienes que preocuparte por nada, si me necesitas puedes llamarme, que en menos de una hora llegare.
- PAPA!!! - le rugí. - No me va a pasar nada, voy a estar todos los días en la Push, acompañada de Jacob y Billy, no tienes porque preocuparte. - en eso tenia razón. Que me podía pasar con una manda de licántropos rodeándome día y noche.
- Bueno cariño me alegra saber que te parece bien todo esto..- Si papa, me alegra y mucho. - volvió a abrazarme y se fue hacia el comedor para seguir viendo el partido. Puse los ojos en blanco y suspire. Limpie la leche derramada y salí hacia La Push. Iba a ver a mi Jacob.
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